Playas
Con el paso de los milenios y la erosión, la ría de Betanzos tiene un cuerno hacia el norte que empieza en un bosque que da un río, y se hace mayor conforme avanza entre un puente y una ciudad medieval para abrirse al mar y chimpón. Y en ese camino que va desde Pontedeume hasta Ponte do Porco deja una pequeña costa de interior con una decena de calas de esas que, si no fuera por el tiempo de estas tierras bárbaras, estarían copadas en verano como las terrazas.
De norte a sur, tenemos la de Centroña, conocida como "Cala Hawai", ideal para pasear mientras se ve el otro lado de la ría; Ber, Paredes, escondida y con un acceso complicado, es perfecta para esas tardes melancólicas para ver atardecer; do Coído, agreste, de rocas y cantos rodados y con acceso difícil; playa de Insua, una minúscula calita nudista protegida de los vientos por paredes de roca, muy valorada por los locales como su rincón personal; la de Perbes, familiar (hay un camping cerca) ideal para jugar con niños; la playa de Lago, pequeña y con poco oleaje; el arenal de Miño, con las marismas del río Baxoi a tus espaldas; la de Sumiño, en la misma localidad pero más estrecha; y la de la Alameda, en Ponte do Porco, tranquila, ideal para pasear con la marea baja.
O Paxaxe do Pedrido
Dos playas (de ría) divididas por un puente histórico (de Eduardo Torroja y César Villaba) donde los montes gallegos acaban en playa. En las horas de marea baja se convierte en un paseo de más de dos kilómetros uniendo diferentes pueblos y aldeas de la enrevesada silueta de las rías altas.
Playa de Cabañas
La de Cabañas es de esas playas que se denominan de interior por estar al abrigo de la ría. Su situación hace que tenga poco oleaje y unas vistas de la ría espectaculares. Además, rodeando a la playa se encuentra un magnífico pinar, que la hacen destino frecuente de familias y grupos el fin de semana ya que es perfecta para disfrutar de una comida a la sombra y después darse un baño en la playa.
Otro punto a su favor es que es una de las pocas playas de la zona que conserva «chiringuitos» , o restaurantes en los que se puede comer, tomar un refresco o un helado.
Por detrás del pinar hay bastantes aparcamientos, un domingo de verano puede haber bastantes coches pero en general es sencillo (y gratis) aparcar.
Si vienes por aquí en invierno o un día que no haga calor calor, la Magdalena también es una playa ideal para salir c orrer o a caminar, tanto por la orilla como por el pinar.